Los niños y el divorcio
Niños - 13 junio 2025
En la actualidad, uno de cada dos matrimonios termina en divorcio, y los padres que atraviesan esta situación suelen estar muy preocupados por la repercusión que tiene en sus hijos; si tú eres uno de estos padres te recomendamos algunas estrategias para que los chicos no sufran daños colaterales.
- Conversa con tus hijos sobre la situación que atraviesan, no mantengas el secreto o esperes hasta el último momento para comunicar la verdad sobre la separación.
- Conversa con tus hijos en familia, junto con tu pareja, si es posible.
- Di las cosas de forma directa y simple, sin extenderte en detalles que el niño no necesita ni pida.
- Prepárate para contestar preguntas similares a estas:
- ¿Es por mi culpa, hice algo malo?
- ¿Con quién voy a vivir?
- ¿Tendré que cambiar de casa?
- ¿Tendré que cambiar de colegio?
- ¿Dónde vivirá cada uno de mis padres?
- ¿Dónde pasaré las vacaciones y los días de fiesta?
- ¿Podré seguir viendo a mis amigos?
- ¿Podré seguir practicando mis actividades favoritas?
- Asegúrate de dejar en claro que el divorcio y la separación no es culpa de tus hijos.
- Admite que es una situación triste e inesperada, permite que el niño pueda expresar su pesar.
- Hazle entender a los niños que si bien el divorcio representa la separación de la pareja, ambos como padres, siempre estarán presentes y tendrán su apoyo y amor.
- No discutas los problemas del otro frente a los niños.
- No converses sobre dificultades de dinero o de tutela frente a los niños.
Como padre debes estar atento a los signos de angustia de tus hijos, sus cambios de humor, su rendimiento escolar y social:
- Pueden expresar miedo a no ver más al padre que se va de la casa o a que el otro lo abandone.
- Se pueden sentir muy enojados y lo manifiestan golpeando o rompiendo sus juguetes.
- Pueden negar lo que está sucediendo y fantasean que "sus padres se volverán a unir".
- Suelen idealizar al padre ausente y agreden a aquel con el cual conviven.
- Sienten que no los quieren.
- Se distraen con facilidad, pueden presentar dificultades para concentrarse en el juego y en las tareas escolares.
- Pueden convertirse en "cuidadores" de un padre (generalmente al que ven más sólo o más débil) o asumir un rol parental en el hogar.
- Suelen estar angustiados: llanto fácil, pesadillas, dolor abdominal o de cabeza.
- Pueden tener conductas manipuladoras y aprovechan las fisuras entre los adultos para satisfacer sus caprichos.
- En ocasiones, cuando la tensión familiar crece, pueden desarrollar síntomas físicos (vómitos, dolor de cabeza, de abdomen) que a modo de "tregua" unen a los contrincantes para ocuparse de ellos.
Si llegas a identificar algunos de estos u otros síntoma anormales en la conducta de tus hijos, debes saber separar tu malestar personal a causa de la situación y apoyar a los niños con el cambio que tienen que afrontar.
La buena noticia es que si bien todos los divorcios afectan a los niños, si como padre tratas el tema con el debido cuidado, los efectos de la angustia suelen ser a corto plazo y por lo general, para el segundo año de la separación ya los chicos están estables.
Por eso ten presente:
- Buscar ayuda para afrontar tus propios sentimientos sobre el divorcio: si tú estás estable ante la situación, tus hijos estarán más resguardados.
- Ten paciencia contigo mismo, tu ex pareja y tus hijos: una separación suele tardar en equilibrarse.
- Vigila los síntomas de estrés de tus hijos y sus cambios de comportamiento: habla con sus maestros, médicos o apóyate en terapeutas si es necesario.
Los divorcios son muy movilizadores y difíciles, por eso es importante que sepas cómo manejar los cambios y cuentes con el apoyo adecuado para que encuentres la fortaleza interior que te permitirá salir de la situación y por ende, apoyar y ayudar a tus hijos en la transición, siempre recordándoles que si bien la pareja se separa, toda la vida van a ser sus padres y el amor se mantendrá.
Producido por Editorial Maldonado.