Trastornos del sueño

Trastornos del sueño

Vida Saludable - 13 julio 2025

No sólo se considera al insomnio un trastorno del sueño también a la apnea del sueño y a la narcolepsia

El insomnio es la dificultad para conciliar el sueño, es decir, para comenzar a dormir (30 minutos o más) o la dificultad para permanecer dormido (despertarse a medianoche o en la madrugada y no poder volver a dormir).

La apnea del sueño se caracteriza porque durante el sueño se presentan episodios de suspensión de la respiración acompañados en ocasiones de ronquidos. En general, son las personas con sobrepeso u obesas las que sufren esta enfermedad.

En la narcolepsia la persona tiene dificultad para permanecer despierta durante largos periodos de tiempo, independiente de las circunstancias. Algunos presentan ataques en los que se pierde el tono muscular, hay flacidez y tendencia a caer.

Los trastornos del sueño afectan algo más que el buen dormir, alteran la calidad de vida.

Las personas que sufren de alguno de los trastornos del sueño (en general nos vamos a referir al insomnio por ser uno de los más frecuentes) tienen afectada la calidad de vida ya que presentan sueño durante el día, lo que provoca que no tengan el mismo desempeño laboral o escolar, que una persona que duerme adecuadamente.

Además, si su labor diaria consiste en manipular objetos o herramientas con precisión, o maquinarias que exijan concentración y destreza pueden cometer errores y causar accidentes laborales. Igual sucede con todos los que manejan automóviles, pues pueden quedarse dormidos mientras conducen y causar accidentes.

Además de la fatiga y/o somnolencia durante el día, el insomnio puede inducir irritabilidad, depresión o ansiedad, dolores de cabeza de tipo tensional, molestia digestiva (estomacal e intestinal) y preocupación por la falta de sueño.

El insomnio puede tener consecuencias graves para la salud

El déficit de sueño no solamente altera el estado de salud a corto plazo, sino que es un factor de riesgo o propensión a enfermedades como obesidad, diabetes e hipertensión arterial según lo han demostrado varios estudios en los que se encuentra una relación estrecha entre el aumento de cifras tensionales y la falta de sueño.

¿Quiénes sufren con mayor frecuencia trastornos de sueño?

El adulto mayor experimenta cambios en los patrones de sueño, con los años el reposo es menor y así mismo la recuperación; este se trastorna más fácilmente por factores como el ruido y hay tendencia a quedarse dormido más temprano y a despertar más temprano. Además, el adulto mayor tiende a presentar problemas como crecimiento de la próstata que aumentan la frecuencia urinaria en la noche y, por ende, los despertares.

En el niño o el adolescente los trastornos del sueño están más asociados a malos hábitos o costumbres (como el permanecer mucho tiempo al frente de pantallas de TV o de computadores o celulares) y se duermen más tarde de lo debido.

La mujer, en general, sufre más de insomnio que el hombre, por cambios hormonales tanto en la edad fértil como en la menopausia donde las oleadas de calor interrumpen el sueño. El insomnio es frecuente en el embarazo.

En ambos sexos y en todas las edades, el estrés laboral, familiar o ambiental juega un papel decisivo en el insomnio. El tener que trabajar en turnos nocturnos o en turnos variables incrementa de manera marcada el trastorno del sueño.

Un fenómeno puntual pero el cual puede ser reiterativo en el ejecutivo viajero, es el jet lag o síndrome de trastorno del sueño asociado a cambio del huso horario. Es más frecuente cuando se viaja hacia el Este, por ejemplo, de Bogotá a Roma.

¿Cuánto es lo normal que debe dormir una persona?

La verdad es que hay algunas escalas en las que, por edad, se determinan las horas de sueño recomendadas, pero cada ser humano es diferente y hay algunos que se salen de estos parámetros. Recomendamos la siguiente escala propuesta por La Fundación Nacional del Sueño:

     Edad                    Recomendación                 Tiempo mínimo               Tiempo máximo

0 a 3 meses                14 – 17 horas                     11 – 13 horas                   18 – 19 horas

4 a 11 meses              12 – 15 horas                     10 – 11 horas                   16 – 18 horas

1 a 2 años                  11 – 14 horas                      9 – 10 horas                    15 – 16 horas

3 a 5 años                  10 – 13 horas                      8 – 9 horas                      14 horas

6 a 13 años                 9 – 11 horas                       7 – 8 horas                      12 horas

14 a 17 años               8 – 10 horas                       7 horas                            11 horas

18 a 25 años               7 – 9 horas                         6 horas                            10 – 11 horas

26 a 64 años               7 – 9 horas                         6 horas                            10 horas

65 años y más            7 – 8 horas                         5 – 6 horas                       9 horas

 

Algunas recomendaciones para dormir mejor:

Hay una serie de factores como los mencionados a continuación, en lo que se ha llamado higiene del sueño que incluyen:

  • Hábitos de un buen sueño: programar el sueño de manera regular, evitar las actividades estimulantes antes de buscar conciliar el sueño y tener un ambiente apropiado (tranquilo y silencioso con paredes blancas y luz tenue).
  • Hacer ejercicio regularmente durante al menos 20 minutos, preferiblemente de 4 a 5 horas antes de acostarse.
  • Evitar bebidas con cafeína después del almuerzo y el alcohol antes de dormir.
  • No irse a dormir con hambre.
  • Evitar fumar (o los parches de nicotina), especialmente en la noche.
  • Obviar las siestas durante el día.
  • Eliminar los pensamientos preocupantes que mantengan despierta a la persona y no angustiarse porque no se pudo dormir bien una noche.
  • Practicar técnicas de relajación tipo yoga, con respiraciones profundas.
  • Evitar estímulos, por ejemplo, luminosos (pantallas de tv o de computador) o ruidosos (teléfono cerca).
  • En último caso si no se puede dormir es mejor levantarse e ir a leer o a realizar alguna tarea y regresar a la cama cuando haya mejorado el deseo de dormir. Es importante no forzarse a dormir o querer dormir “como sea”.

Si no es suficiente con estos consejos, es recomendable que consulte a su médico para que juntos averigüen la causa de su problema y reciba el tratamiento adecuado.

 

Producido por Editorial Maldonado.